Semillero

Como irreverentes brotes en el lomo del desierto, 
en grietas de secas secadoras sequías,
que ante mezquinas gotas de algún trasnochado chaparrón,
porfiando puja un verdor vegetal,
rubricando esa imperecedera vigencia de la semilla,
hasta en agreste greda azotada por latigazos del zonda.
Así germinan hoy en la “multidescubierta” América,
memorias antiguas que en vez de temblar truenan,
truenan la buena nueva de nativos pueblos,
pisoteadas durante cinco siglos de sangrías implacables,
y como los nativos de América no le fueron suficiente a la barbarie,
la civilización importó seres libres de África para esclavizarlos acá.

Descubierta, conquistada, colonizada, esclavizada, evangelizada, pauperizada, agredida, masacrada y expoliada América nuestra,
defendida por recordados gigantes de pasados tiempos:
Túpac Amaru y sus cien mil montoneros armados de lanzas y piedras,
Juana Azurduy y los ciento diez caudillos indios montoneros,
montoneras mexicanas, argentinas y del Alto Perú,
Jean Jacques Desselines al frente de los más negros y más primeros
haitianos, emancipados a sangre y machete del yugo español,
Bolívar, Martí, San Martín, Miranda, Sucre, Felipe Varela, Artigas,
entre otra pléyade de patriotas y pensadores.

Han cambiado nombres y apellidos,
la lucha y la muerte han cambiado de máscara,
no ha cambiado el por que de la contienda,
no ha cambiado la vergüenza ni el valor,
de aquellos ni estos lidiadores,
han cambiado fronteras, clima, bosques y horizontes,
han cambiado límites naturales y desviado cauces,
han cambiado el trueque por el mercantilismo,
no ha cambiado el ser humano como mercancía,
antes eran los esclavos ya fueren americanos o africanos,
hoy son atletas, científicos, políticos y gobernantes,
mercenarios los hubo siempre mas han proliferado desproporcionadamente,
han cambiado costumbres y procederes,
pero los arroyos siguen fluyendo a los ríos y estos a la mar.

Entre la lujuriante vegetación reforestadora del yermo,
surgen disímiles nombres procedentes de etnias indias,
del turbio licuado de cinco siglos, 
del que fuimos masa de frutas inconsultas,
que seguramente no será por los siglos de los siglos,
ni amén, ni a pesar de la avaricia;
otros descienden de americanos pobladores
y otros de los barcos de ultramar,
remolcando un viejo hastío de ser,
de países nacidos de mentiras y traiciones,
de ser hijos de una depredación cultural,
ignoradas sus terruñeras raíces americanas, en nombre de,
el cristianismo español con el estandarte de genocida Pizarro;
resultando última desesperada esperanza,
en erradicar la aridez ya asfixiante,
hoy por hoy emanada de la otra América gringa,
sin salvarse siquiera las arenas miserablemente habitadas.
Habiendo dividendos allí va el fuego escupiendo prepotencia letal,
cínica, devastadora, todopoderosa y genocida.

Desde el traje y corbata del “europeo” Kirchner,
ex perseguido por torturadores del Plan Cóndor,
al colorido pulóver a rayas del indio Evo de Tiwanako,
quien de chico fuera migrante zafrero a la caña jujeña,
quien de siete hermanos a cuatro se los llevó el hambre aún niños,
el mismo Morales expulsado del Parlamento boliviano en el 2002,
el mismo consagrado Presidente en el Parlamento boliviano en el 2006.
Desde el mestizo macho venezolano Chávez,
ex sublevado, detenido, presidenciado, destituido, secuestrado,
y retornado por el pueblo a su legal Magistratura,
a la ex torturada, exiliada, por las plancondoristas pinochetadas,
la agnóstica hembra rubia Michelle Bachelet.
Desde el tornero “portugués brasileiro” Lula,
al oriental uruguayo socialista Tabáres.
Y ya habrá tiempo de opinar cantando como le gustaba a Martín Fierro,
sobre futuras cajitas de sorpresas políticas,
como aparenta serlo el nativo peruano Ollanta Humala,
tan aparentemente parecido al carapintada argentino Aldo Rico.

En fin, hay plantas y plantitas, flores y florcitas,
y semilla, innumera semilla urgiendo el brote,
venteando la primer aguada del diluvio americano.
Los memoriosos recuerdan que, los primeros cúmulos nimbos,
se formaron cuando un grupito de maravillosos irresponsables,
haciendo caso omiso al orden preestablecido por la corruptela,
con un rubí cinco franjas y una estrella,
comenzaron a vibrar en la montaña, 
desde una cubana isla del caribe,
contagiándonos la húmeda voluntad germinadora, ya que,
“Esta gran humanidad ha dicho basta y ha echado a andar” 

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En éste espacio el blog me pide que me presente. ¿Qué decir? nada extraordinario. Una viajera, alguien de paso. Vivo en La Rioja, Argentina y a diario encuentro éstas perlas que intento guardarlas aquí. Son regalos, agua fresca, oxígeno para el camino.

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